1953 Objetivo: La Luna A su regreso de un viaje, Tintín y Haddock se enteran de que Tornasol ha partido para Sildavia y les pide reunirse con él. Una vez llegados a su destino, una base de investigaciones atómicas escondida en el corazón de las montañas, Tornasol les informa.
Ha sido reclutado para dirigir las investigaciones sobre un cohete lunar con motor atómico, lo ha diseñado y se apresta a partir a la luna con ellos. Muy a pesar suyo, Tintín y Haddock aceptan acompañarlo. Mientras tanto, misteriosos oponentes tratan de sabotear su plan. El cohete de prueba es desviado, tiene lugar una tentativa de robo de los planos, etc., etc. A pesar de todo, el proyecto avanza y un buen día, el cohete despega en dirección a su objetivo: La Luna...
Objetivo: La Luna fue publicado en volumen en 1953, 4 años antes del lanzamiento del Sputnik, el primer satélite artificial. ¿Quién ha dicho que Hergé no fue un visionario?
1954 Aterrizaje en la Luna El relato continúa en el punto donde había sido dejado en Objetivo: La Luna. Luego de algunos minutos de temor en el lanzamiento, todo parece estar bien y el cohete se dirige hacia la Luna.
Entre tanto, hay una sorpresa de talla mayor: los dos Hernández y Fernández se equivocaron de hora y se encuentran a bordo, lo que obliga a Tornasol a reducir la duración del viaje.
El periplo se desarrolla sin demasiados problemas y el cohete se asienta sin impedimentos.
Los aparatos son instalados y Tornasol se dedica a sus investigaciones. Durante una de las expediciones, Tintín se queda a bordo. En ese momento, Jorgen (alias el coronel Boris) sale de la bodega y se dispone a partir con el cohete.
Tintín logra detenerlo en el último minuto. Con otro pasajero de más, el cohete despega hacia la tierra, las reservas de oxígeno están lejos de ser suficientes. Jorgen muere en un altercado y Wolff, el asistente de Tornasol, lleno de remordimientos por su complicidad con Jorgen, se sacrifica con la esperanza de salvar al resto de la tripulación.
Finalmente el cohete llega a buen puerto. Esta segunda entrega de la aventura lunar fue publicada en 1954. Como lo diría Hergé, está ahí el exotismo absoluto. En los volúmenes que siguen, utilizará más el universo que ha creado, dentro de una fase "doméstica", cuyo punto culminante será Las Joyas de la Castafiore.